El clima electoral no ha desaparecido. Todavía, entremezclado con los aromas del Riachuelo, se huele la ebullición de una de las elecciones, sino la única, más reñidas de éste año. Boca Juniors, el mismo día en que podría salir campeón luego de tres años, elige autoridades nuevamente exponiendo a dos candidatos para el sillón de la conducción: Jorge Amor Ameal y Daniel Angelici.
Casi como en la política nacional, uno juega para un sector y el otro bajo el ala del segundo. Se nota menos, pero las otras dos patas del trípode que encabeza la lista de Ameal, José Beraldi y Roberto Digón, cuentan con apoyo del gobierno nacional, ya que el actual presidente y Digón están muy identificados al Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires. En tanto Angelici uso su relación particular con el actual jefe de gobierno, Mauricio Macri, para atrapar a los votantes remontándolos a uno de los períodos más gloriosos de la institución boquense.
Pero como todo tiene que ver con todo. Por que Ameal trabajó varios años en la conducción macrista del club, primero estando a cargo de compras y publicidad, luego como gerente de marketing hasta ser el vicepresidente de Pedro Pompillo. Separarse de un modelo de club que no ha cambiado en nada desde los últimos 15 años para éstas elecciones suena a chicana, pero valga la redundancia, muy chiquita.
Angelici tiene una plataforma política presentada hace meses. Punto a favor del ex titular de la Cámara Argentina de Salas de Bingos y Anexos. Más allá del juego mediático en el cual aduce no haber visto "ni un papelito de la alianza", algunas de sus propuestas parecen descabelladas: "padre socio, hijo socio" suena a un chiste para las miles de personas que aguardan en listas de espera para abonarse al club de la ribera.
Boca decide en las urnas, mientras de fondo se escucharan los gritos de su hinchada, apoyando al equipo de sus amores. Angelici y Ameal. Uno por la reelección, el otro por la asunción al poder.
Sin ningún lugar a dudas, todo lo que pasa en el club de la ribera afecta al barrio, por eso, desde Rumbos pedimos que se tenga en cuenta los vecinos, la gente y toda La Boca.
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